Cuenco grande de cerámica, decorado con flores de loto azules, con detalles en rojo y trazos en negro. La corola cubre la parte inferior del cuenco, mientras que el borde superior está decorado con pétalos colgantes. El cuenco imita la forma de un loto blanco. La cerámica azul pintada parece haber sido producida en residencias reales y, por tanto, elaborada por un número reducido de maestros alfareros y talleres. Se utilizaba en contextos religiosos, en las tumbas y también en los hogares.