Los egipcios dormian en lechos que en muchos casos ofrecían un respaldo en uno de los lados contra el cual dirigían los pies, mientras la cabeza reposaba en el lado opuesto, sin respaldo, sobre una pieza denominada cabezal o apoya-cabezas, que podia estar fabricado en distintos materiales y que en ocasiones se tapizaba con una especie de almohadilla. Este ejemplar de madera, de procedencia funeraria, posee un cuerpo esbelto y un fuste muy fino hecho en dos partes.