Esta estatua pertenece a una dama egipcia que vivio durante la Época Ptolemaica, más concretamente del siglo III a. de J.C. Se caracteriza por la fuerte acentuación de las formas del cuerpo femenino. La sonrisa bien marcada, que da al rostro cierta alegría, contrasta con la rigidez de la actitud del cuerpo. La mujer con los dos brazos caidos a lo largo del cuerpo adelanta la pierna izquierda y se apoya contra el pilar dorsal que no presenta ninguna inscripción. Lleva un vestido largo que sólo se adivina en el escote y a nivel de los tobillos.