El tema de los animales bebiendo de una fuente de agua viva es muy común en el arte cristiano. Este fragmento de friso representa en el medio un vaso del cual salen dos vegetales desenrollándose en volutas hacia el exterior. En el hueco de cada hoja se esconde un pájaro. Al de la derecha sólo se le ve medio cuerpo, el de la izquierda aparece más entero; su cuello flexible sujeta una cabeza con una cresta; su pico ávido se inclina hacia el agua refrescante.